
Al estar el ser humano tan familiarizado con esta forma
de comunicación, disciplinas como las relaciones públicas y el marketing le han
sacado provecho.
Tal vez pueda pensar, ¿qué tiene de importante el contar
historias para estas disciplinas?. Primero entendamos ¿qué es una historia?.
Todos hemos contado historias en algún momento, pero cuando tratamos de llegar
a su significado, podemos trabarnos un poco para definirla. Es posible que diga…”es
contar algo que sucedió”. Pues sí, pero…y ¿sus elementos.?. La historia nos da
contexto, lugares, tiempos (cronología), personas; transmiten emociones y
sentimientos. Por eso es tan importante y provechosa.
Ahora bien, ¿Cómo traduce todo esto los comunicadores a
su terreno, para beneficiar a sus clientes?
En lo corporativo, se utiliza para potenciar aspectos muy
precisos de las organizaciones. En términos generales, se toma la misión, visión
y valores de la misma, para llevarlo al imaginario de los públicos.
Considerando los alcances tecnológicos, se apoya con imágenes o video. En
ocasiones no hay un solo “storyteller”, se respalda con colaboradores que
brindan valor.
Su formato no dista de lo clásico, una introducción,
desarrollo y desenlace. Muchas veces las empresas quieren dejar plasmado los
inicios, los logros de sus fundadores y el camino que pretenden seguir, aquí la
historia se acompaña de una buena estructura, palabras claves, colores,
situaciones. No obstante es clave la intención. La influencia que queremos
dejar en los públicos. Puede que lleve un contenido para el personal de la
empresa u otros públicos; la forma en
que queramos influenciar en de suma
importancia.
También esto ha llegado a las marcas, el marketing cuenta
historias en los comerciales. Coca Cola Company, es una empresa que ha hecho lo
imposible por no solo vender gaseosas sino historias, emociones. Años atrás los comerciales presentaban las bondades
del producto o servicio, hoy las cosas han cambiado por mil. Dicen…no me
vendas, cuéntame una historia.