Hablar en público, pesadilla para muchos

Muchas personas por cuestiones académicas, sociales, laborales o profesionales; se ven en la obligación de hablar en público.  Se comprende que cualquier comunicador de profesión deba hacerlo, pero cuando no lo eres…es un calvario!.

En el común denominador  las personas se resisten a hablar frente a decenas o cientos de personas, las razones son muy variadas; sin embargo algunas se resumen en nervios, desconfianza y miedo al ridículo.

Muchas personas puedan pensar que esta actividad deba realizarla solo los “eruditos” en el tema, sin embargo no tiene grandes secretos.

Presentadores de televisión, animadores, actores, conferencistas, políticos, religiosos; todos estos y más comenzaron de cero y además nadie ha dicho que lo hacen de la mejor manera, pudieron tener una guía y simplemente se acostumbraron, adoptaron un estilo y se dejaron llevar; puliendo su estilo en el camino.

Existen o existieron grandes oradores. El ex-presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, Ghandi, el Dr. Martin Luther King y aunque algunos se sorprendan, dentro de la oratoria uno de los mejores fue Adolph Hitler, su forma de hablar, su poder de convencimiento, su discurso logró lo que todos ya sabemos.

No existe un método único o infalible. En un tema tan particular, la forma de aprenderlo y perfeccionarlo es extremadamente subjetivo. Vencer los miedos, los obstáculos, ganar la confianza y las habilidades individuales son  eso, únicas en cada quien.

Ahora bien, a continuación unos muy buenos consejos para los interesados en comenzar o continuar mejorando las habilidades para hablar en público.

Ten un pleno conocimiento del tema del que vayas a hablar. No pretendas aprendértelo de memoria, simplemente conócelo. Recuerda que puedan pasar situaciones fuera de tu control.

Conoce a tu público o audiencia. No es la mismo dirigirse a un público estudiantil, que a uno médico o sindicalista. Utiliza palabras claves, recálcalas o acentúalas según tu conveniencia. Llega a su nivel, ni subas queriendo parecer muy culto ni bajes demasiado pareciendo descortés o grosero.

Chistes, sarcasmos o burlas. Mucho cuidado con los chistes. Sobre todo con los sexistas, homofóbicos o racistas. Lo que te puede parecer normal, para otros es ofensivo.

Tecnología. Puedes usar herramientas de soporte como presentaciones, pero sin depender, ya que la tecnología, puede fallar en cualquier momento. Acostúmbrate a cada diapositiva, su lugar y contenido.

Cultura y nacionalidad. Cuando estás con un público de diversos países, cuidado con algunas palabras, lo que es bueno en México puede ser vulgar en Argentina o Costa Rica.  

Algo tangible. Trata que tu público se lleve algo, lo más tangible posible, para ponerlo en práctica. Una enseñanza, una anécdota, un ejercicio.  

Preguntas. Si surge una pregunta a la mitad de tu discurso, aprovéchala; alguien te está poniendo atención.  También puedes de forma respetuosa solicitar que cualquier pregunta se quede para el final.

Si puedes, practica frente a algún amigo o espejo, para que vayas corrigiendo algunos elementos. La crítica o autocrítica es invaluable.

Participación. Dependerá de tu tema que quieras involucrar al público. En ocasiones se hace para romper el hielo o que se pongan en sintonía con el tema a tratar.

Espero que estos consejos te sirvan, puede que los conozcas todos o algunos. Sácale el mayor provecho. Con cada experiencia que tengas hablando en público, te convertirás en un experto.